Llevar las finanzas de una empresa puede ser todo un desafío. Se trata de algo más que meramente llevar bien los números: implica una gran capacidad analítica y destreza para tomar decisiones estratégicas adecuadas. ¿cómo estás administrando tus finanzas? Esa es la pregunta que debes hacerte al final del día, pues la salud y el equilibrio de las organizaciones están directamente vinculados a las finanzas corporativas.
¿Quién lleva el rol? Generalmente quien es dueño de la empresa, ocupa el rol administrativo dentro de la misma, por lo que maneja las cuentas y facturas, pero en la práctica, lo más aconsejable es que sea una persona experta en gestión financiera.
Las tareas del administrador financiero van desde hacer presupuestos, la predicción financiera y el manejo del efectivo, hasta la administración crediticia, el análisis de inversión y procuración de fondos. A medida que la empresa crece, lograr un buen control y una gestión adecuada en todos en estos frentes requiere de un gestor financiero experimentado o quizás hasta un equipo dedicado a la gestión financiera.
Mantener un buen manejo financiero te permitirá mejorar varios aspectos, dentro de estos, optimizar recursos, mejorar desempeño, competitividad y aumentar el valor de la empresa. Las compañías que tienen un buen manejo financiero se alinean al análisis de información contable y financiera. De esta forma, prever el presupuesto de ingresos y gastos, además de supervisar y vigilar los resultados para analizar el estado financiero actual es imprescindible. Así como también, planificar las tendencias, detectar errores u omisiones, tomando medidas correctivas oportunas para los objetivos que se hayan propuesto.
En Chile existe poca información y formación de finanzas para emprendedores, por lo que te hicimos una lista de buenas prácticas para un buen manejo financiero.
Historial crediticio: Si tú como dueño de la empresa tienes un crédito vigente que se paga en los plazos estipulados, tu historial financiero te permitirá el beneficio de optar a un nuevo crédito.
Reportes: Llevar y analizar reportes de ingresos, egresos de la empresa donde se incluyan indicadores de liquidez, endeudamiento, rentabilidad y patrimonio, te permitirá identificar si cuentas con la liquidez necesaria para los movimientos que correspondan: pagos de remuneraciones, proveedores e impuestos. Saber si se están generando utilidades de tu inversión entre otros.
Separa tus cuentas personales con las de tu empresa: Es el error que todos comenten y del que todos se arrepienten. Evita realizar esta práctica manteniendo dos cuentas en el banco, ya que así podrás conocer el desempeño financiero real de tu empresa.
Si no manejas un historial financiero en tu empresa, no tendrás cómo presentar solvencia y regularidad en los bancos, por lo que optar a un préstamo será mucho más difícil. Sin mencionar el sobreendeudamiento de tus cuentas personales se irán registrando.
Mejoras y eficiencia: Considerar acciones para mejorar el desempeño, la eficiencia de tu compañía. Un plan con proyección futura considerando objetivos, estrategias y recursos enfocados en sostenibilidad y rentabilidad financiera
Fondo de emergencia: Lo ideal es contar con un monto, que dependerá del tamaño de tu empresa, pero que sea lo suficiente para costear los gastos de tres meses en operaciones. Este fondo no debe estar considerado dentro de la misma cuenta de tu empresa.
El éxito de cualquier negocio se basa en el buen manejo de los recursos, la innovación y ser competitivos ante otras empresas. La gestión financiera es vital en este sentido, ya que permite manejar los recursos de forma óptima y permite “vigilar” la salud empresarial.
Algunos Hábitos de empresas altamente exitosas son:
Contar con un administrador financiero capacitado: el papel del administrador financiero es de vital importancia para la empresa. La mala ejecución de las decisiones financieras o el capital mal invertido puede llegar a traer graves complicaciones y hasta llevar el negocio a la quiebra.
Realizar periódicamente el análisis de los ratios financieros: de esta manera podrás medir los aspectos económicos clave de la empresa. Los ratios más significativos son la rentabilidad económica y financiera, generación del flujo de caja, coeficiente de endeudamiento y autonomía financiera de la empresa.
Analizar los estados financieros regularmente: analizar los estados financieros con el administrador financiero te permitirá monitorear la salud del negocio y compararlo con periodos anteriores o la competencia. Conseguir que la empresa tenga una estructura financiera equilibrada mejorará tu capacidad de negociación, el costo de endeudamiento y te ayudará a tomar decisiones adecuadas.
Estar al tanto de las opciones de financiación: estar bien educado y contar con herramientas de financiamiento te permitirá invertir y crecer el negocio. En este contexto el factoring surge como una excelente alternativa para obtener liquidez inmediata y proyectar tu flujo de caja, pues tú decides cuando anticipar el pago de tus facturas por cobrar.